Se ha puesto en la discusión el tema de qué hacer con los excedentes de nuestra economía. Hay, obviamente, distintas opiniones al respecto. Algunos advierten sobre los eventuales efectos negativos que esto podría tener, especialmente en la supuesta mayor inflación. Otros la desestiman. Sin embargo, pareciera no dar lo mismo si gastarla o invertirla. Especialmente, en qué invertirla.
Sin pretender hacer un análisis profundo al respecto, hay cuestiones que parecen obvias; la inversión en capital humano es algo no solamente deseable, sino un imperativo de nuestro país. Salta a la vista la necesidad de una mayor y mejor educación; pero no sólo la educación, también la inversión en Investigación y Desarrollo; invertir en cultura y nuevas tecnologías. Y qué decir de la infraestructura y la energía. Es decir, no hay pocas cosas en que invertir en un país que sueña con ser desarrollado.
En mi opinión, las autoridades no sólo deben atender el tema de los flujos futuros, para hacer frente a las obligaciones contraídas en el ámbito de lo social; sino también deben crear las condiciones para la creación de mayor valor a esta empresa llamada Chile. Es curiosa la ausencia de esta perspectiva en medio de la discusión y el olvido, casi premeditado, de un aspecto esencial para el buen éxito de todas estas iniciativas: "La Gestión". Una buena gestión puede hacer la diferencia entre un Estado eficiente y uno eficaz. Y el sentido de oportunidad en la toma de decisiones, también hace la diferencia.
¡Ojalá, las autoridades reparen en este hecho!
