19 abril 2019

Investigación aplicada y salud mental

https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/columnas/2019/03/31/investigacion-aplicada-y-salud-mental/

¿De qué hablamos cuando hablamos de hospital digital?

Las actuales autoridades del Ministerio de Salud (Minsal) se están embarcado en un ambicioso proyecto sobre el desarrollo del Hospital Digital, que vendría a resolver parte de la brecha existente entre la oferta y la demanda del sistema público de salud, el cual se habría agravado con las exigencias generadas por el instrumento de planificación sanitaria AUGE o GES establecida en la reforma del sector.
La literatura más reciente sobre los distintos aspectos del Hospital Digital, nos demuestran que no hay una definición única del mismo, ni existe consenso sobre su total efectividad, ya que se relaciona con aspectos, tanto de las actividades de apoyo, como las propias del “Negocio”, si lo miramos desde la perspectiva de la Cadena del Valor sugerida por Porter.
La concepción de Hospital Digital de las actuales autoridades se refiere a un gran hospital que esté por sobre todos los centros de salud del país. Sería un prestador de servicios autónomo como Cenabast o el ISP que, a través de una plataforma Web, pondría a disposición de la población una serie de servicios, como: la consulta de precios de medicamentos, la disponibilidad de horas de atención en hospitales públicos e incluso atención médica remota, según lo han comentado las autoridades de salud en medios de comunicación masiva.
Sería un hospital 24/7, que podría atender sin límites geográficos ni de horarios. Incluso, la gente podría acceder a las consultas los sábados y domingos o a urgencias de madrugada desde su casa.
Según han señalado públicamente fuentes del Ministerio de Salud, la idea sería comenzar con algunas prestaciones, entre ellas el seguimiento de pacientes con insuficiencia renal, diabetes, tratamientos anticoagulantes y con enfermedades crónicas, tras los cuales se irían incorporando otras especialidades, tales como oftalmología y dermatología, en modalidades de atención sincrónica, es decir, en donde el paciente estaría junto a un médico de atención primaria y vía conferencia se conectarían con un especialista. También está pensado incorporar la atención asincrónica, en donde el paciente podría enviar a través de la web del Hospital Digital sus exámenes al especialista.

La plataforma web permitiría a los usuarios acceder a sus perfiles a través de una clave única, posiblemente el RUT, los que contarían con todo su historial médico, a partir del cual se podrían revisar sus exámenes, pedir horas médicas, gestionar tratamientos y descargar e imprimir recetas médicas, entre otras cosas. 
De este modo, el Hospital Digital no se limitaría a sus funciones digitales, sino que optimizaría el servicio de salud ya existente gracias al sustento de tres pilares: la inteligencia artificial, la analítica y la gestión.
Además, contaría con distintas unidades de atención especializada como, por ejemplo, de Telenefrología, Diabetes, Accidente Cerebro Vascular, Teledermatología, Teleoftalmología, Teleimagenología, Medicina General o Familiar, entre otras.
Por su parte, la literatura especializada más actual nos señala que las TICs en salud, la telemedicina, la telesalud y la e-health, cuyos objetivos buscan hacer la salud más efectiva y eficiente, nos mueve a nuevos modelos de atención, por lo tanto, a nuevos paradigmas, respecto a los cuales existen distintas suposiciones y perspectivas.
Nos señala que tampoco existe una teoría unificadora subyacente a los distintos marcos posibles, que permitan explicar el grado necesario de preparación de los gobiernos y la sociedad o su disposición cultural para asumir una salud en base a tecnologías médicas avanzadas, innovaciones disruptivas y comunicación digital,  lo cual podría poner en riesgo la seguridad de la información o el tratamiento de datos sensibles del paciente; que podría requerir de una alfabetización digital en los sectores sociodemográficos más requirentes, por nombrar solo algunas.
Las ideas de un Hospital Digital, su implementación y medios, parecen requerir más estudio. Tema que estamos trabajando en la Escuela de Medicina de la Universidad de Santiago de Chile, porque sabemos que tiene un enorme potencial para evolucionar hacia un nuevo paradigma, con énfasis en lo preventivo, gracias a las posibilidades que otorga el seguimiento automático digital, a través de aplicaciones de salud y dispositivos portátiles.
Frente a este interesante pero ambicioso proyecto, cabe preguntarse si los equipos técnicos, que están detrás de esta idea, han tenido, tienen o tendrán las destrezas y apoyo necesarios para no hacer de una buena idea, un mal proyecto.

“A Chile le falta investigación aplicada en Salud”

"El problema parece estar en la falta de conciencia de invertir en la formación investigativa de especialistas clínicos. Para ello, es necesario otorgarles un tiempo protegido y recursos para estimular la investigación aplicada en salud", afirma el investigador de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile, Adrián Torres, en una columna de opinión publicada en El Dínamo.
Sólo 2,8% de las 6.604 referencias bibliográficas que tenían hasta 2014 las más de 80 Guías Clínicas GES correspondían a estudios nacionales. Esta cifra bien podría evidenciar la carencia actual de la investigación esencial en el área clínica en Chile, o que los intereses de los mundos académico y asistencial caminan por carriles muy diferentes.
Esta disyuntiva es la que busca analizar el artículo “Reflexiones sobre la investigación esencial en Chile”, publicado recientemente en la Revista Médica de Chile y elaborado por el Dr. Rodolfo Armas Merino, Premio Nacional de Medicina 2010, y quien suscribe, en donde el objetivo principal de la reflexión es aportar a la búsqueda de soluciones y acciones que sean factibles, eficientes y efectivas a problemas no resueltos en el ámbito de la salud.
El objetivo entonces es enfocar parte de los recursos en estudios de investigación esencial, especialmente, en problemas de salud que afectan a la mayoría de la población, sobre la base de una determinada priorización consensuada entre los actores relevantes en la materia, pero orientada y liderada por el Ministerio de Salud.
El proceso, destaca el artículo, enseñó que el liderazgo y dirección de la priorización debe radicarse en la autoridad sanitaria, de modo que los criterios se supediten al objetivo de lograr un sistema eficiente con un impacto positivo en la salud pública. Para lograr que esto, efectivamente sea así, se requiere de la participación duradera y una coordinada interacción entre diferentes sectores relevantes, tales como, el mundo académico, legisladores e industrias relacionadas.
Para comenzar a buscar una solución al problema, se plantea la necesidad de reducir la brecha entre el mundo de los conocimientos y el de la acción sanitaria. Para lograrlo, se realizan un conjunto de sugerencias. En primer lugar, se recalca la necesidad de que el Ministerio de Salud, junto con las universidades, estimule, guíe y monitoree la investigación. Ya en el pasado han existido experiencias exitosas al respecto, pero pueden también existir nuevas formas, atendida la nueva realidad que vivimos. La experiencia internacional puede ser una fuente importante de inspiración para aquello.
Respecto a si existe o no la voluntad requerida para una acción mancomunada, se sostiene que si la hay no se concreta, porque las autoridades ocupan gran parte de su tiempo a responder a la contingencia y lo urgente, y les queda poco o nulo tiempo y espacio para los temas de mediano y largo plazo, tan necesarios para construir políticas públicas sólidas.
Se recalca, también, que es necesario reactivar el Consejo Nacional de Investigación en Salud (CONIS) para que coordine con autonomía la investigación aplicada al interior del MINSAL, pues no cabe duda de su importancia como ente asesor permanente del Ministro o la Ministra de Salud, respecto a temas prioritarios que sean orientadores en materia de investigación científica y desarrollo tecnológico en salud.
Finalmente, se considera que la escasez de personas interesadas y con tiempo protegido para investigar es probablemente uno de los principales escollos para esta actividad. Para ello, se requiere explorar la formación de estos especialistas dentro de las unidades docente-asistenciales, dado que existen muchos interesados en realizar investigación aplicada dentro de sus recintos asistenciales, pero que no tienen toda la formación necesaria para hacerla y no disponen de tiempo protegido para aquello.
En consecuencia, una vez más, lo urgente supera a lo importante. Esta mirada de corto plazo hipoteca el bienestar futuro. El problema parece estar en la falta de conciencia de invertir en la formación investigativa de especialistas clínicos, para lo cual es necesario otorgarles un tiempo protegido y recursos para estimular la investigación aplicada en salud, que no solo es deseable, sino muy necesario.
Adrián Torres
Investigador
Facultad de Ciencias Médicas
Universidad de Santiago de Chile

“La escasa efectividad del Sistema de Alta Dirección Pública en el Sector Salud”

Columna del investigador de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Santiago de Chile, Adrián Torres, reflexiona sobre la necesidad de modernizar la normativa y escala salarial del Ministerio de Salud, debido a la alta rotación de personal y la falta de directivos idóneos para el cargo.
“El Sistema de Alta Dirección Pública (SADP) es una de las reformas más relevantes y exitosas del proceso chileno de modernización del Estado, cuyo objetivo es dotar a las instituciones del gobierno central –a través de concursos públicos y transparentes- de directivos con probada capacidad de gestión y liderazgo para ejecutar de forma eficaz y eficiente las políticas públicas definidas por la autoridad. Este sistema se creó el año 2003, tras un acuerdo político-legislativo entre gobierno y oposición con el objetivo de aportar a la modernización y transparencia de la gestión pública”, según consigna la página web del Servicio Civil.
No obstante, es necesario contrastar esta visión con la práctica. Para ello, analizaremos el Sector Salud. Para tener un panorama general de la injerencia de los ADP en este sector, expondré algunas cifras del primer semestre de 2016. En esta época, el Ministerio de Salud contaba con 324 cargos adscritos al SADP, 35 de I Nivel y 289 de II nivel, lo que representaba un 33,3% del total de los cargos Adscritos al Sistema de Alta Dirección Pública (974). De estos, 304 cargos correspondían a la Subsecretaria de Redes Asistenciales, es decir, el 94%, mientras que la Subsecretaria de Salud Pública sólo contaba con 20 cargos ADP, lo que representa el 6% restante, según datos internos de la misma cartera.
De acuerdo a las fuentes consultadas en el Ministerio de Salud, las postulaciones a los cargos de Alta Dirección Pública, tanto de Servicios como de Hospitales no son las mejores debido a la baja cantidad de interesados y a la baja calidad curricular.
Según las mismas fuentes consultadas, lo anterior se debería a ciertas variables propias del cargo a asumir, como la Exposición Pública; las Desvinculaciones v/s Permanencias; la Potencia de los Gremios/Sindicatos, los Requisitos Legales y las bajas Rentas.
En relación a este último punto, la renta podría ser uno de los factores que más impacta en el bajo número de postulaciones, especialmente de profesionales con experiencia y perfil deseable para los cargos. De hecho, de acuerdo a un ranking interno realizado por el propio Ministerio, el promedio de las rentas brutas mensualizadas referenciales por ministerios, de los cargos adscritos al Sistema de Alta Dirección Pública, los cargos de la cartera de Salud se encuentran en el lugar número 10 de 19, con una renta de $5.074.232, por debajo de los Ministerios de Minería, Hacienda, Energía, Obras Públicas, Relaciones Exteriores, Vivienda, Transporte, Justicia y Trabajo, siendo solo superado por los Ministerios de Medio Ambiente, Economía, Agricultura, Deporte, Educación, Defensa, Desarrollo Social e Interior. Asimismo, dentro del sector salud, ordenadas las remuneraciones de mayor a menor, se constata que las más bajas se encuentran en el ámbito de la gestión y la producción asistencial clínica, siendo la remuneración de un Sub Director Médico hospitalario cerca de un 30% más baja que la remuneración más alta (Director de Servicio de Salud).
Pese a que se han realizado esfuerzos para mejorar las condiciones remuneracionales de esta área, la brecha aún se mantiene. En esta línea, durante el 2010 se realizó un acuerdo marco para fijar el porcentaje de asignación para los cargos del MINSAL de alta dirección pública, lo que implicó un mejoramiento promedio del 12% para cada cargo sobre los acuerdos acumulativos a la fecha.
Otra de las variables relevantes, que explicarían las bajas postulaciones al sistema de salud y, por ende, la dificultad de reclutar a los mejores para esta área, es la problemática producida por las desvinculaciones asociadas a los cambios de gobierno. Por ejemplo, en relación al periodo 2004-2016, es posible señalar que son cifras preocupantes,ya que las desvinculaciones alcanzan un total de 176 de 359, entre voluntarias y no voluntarias. 75 de ellas (21% del total) sucedieron el año 2010 y 101 (28,1%) el 2014.
Parece evidente que estas dos variables impactan en el sector salud, y, por ende, en la gestión hospitalaria. Si bien con la publicación de la Ley de Fortalecimiento al Sistema de Alta Dirección Pública se esperaba  un aumento en el número de postulaciones en los cargos de Director/a de Servicio de Salud, Director/a de Hospital, Subdirector/a Médico de Servicio de Salud y Subdirector/a Médico de Hospital, esto no ha ocurrido ni menos asegura que estos se mantengan en sus cargos.
Por lo tanto, se hace necesario, resolver estas temáticas que fueron pesquisadas en una investigación reciente que he llevado a cabo durante los últimos años y que hoy me permiten afirmar que, sin duda, son elementos que afectan la gestión hospitalaria, principalmente, los factores relacionados con los Aspectos Contextuales vinculados a la rigidez del sistema legal del sector público, que impide, por ejemplo, pagar honorarios acorde a las exigencias del medio y que, lamentablemente, aun persista la excesiva injerencia de lo político en el ámbito de la gestión pública de salud.
Adrián Torres
Investigador
Facultad de Ciencias Médicas
Universidad de Santiago de Chile

https://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2018/11/19/la-escasa-efectividad-del-sistema-de-alta-direccion-publica-en-el-sector-salud/