19 abril 2019

¿De qué hablamos cuando hablamos de hospital digital?

Las actuales autoridades del Ministerio de Salud (Minsal) se están embarcado en un ambicioso proyecto sobre el desarrollo del Hospital Digital, que vendría a resolver parte de la brecha existente entre la oferta y la demanda del sistema público de salud, el cual se habría agravado con las exigencias generadas por el instrumento de planificación sanitaria AUGE o GES establecida en la reforma del sector.
La literatura más reciente sobre los distintos aspectos del Hospital Digital, nos demuestran que no hay una definición única del mismo, ni existe consenso sobre su total efectividad, ya que se relaciona con aspectos, tanto de las actividades de apoyo, como las propias del “Negocio”, si lo miramos desde la perspectiva de la Cadena del Valor sugerida por Porter.
La concepción de Hospital Digital de las actuales autoridades se refiere a un gran hospital que esté por sobre todos los centros de salud del país. Sería un prestador de servicios autónomo como Cenabast o el ISP que, a través de una plataforma Web, pondría a disposición de la población una serie de servicios, como: la consulta de precios de medicamentos, la disponibilidad de horas de atención en hospitales públicos e incluso atención médica remota, según lo han comentado las autoridades de salud en medios de comunicación masiva.
Sería un hospital 24/7, que podría atender sin límites geográficos ni de horarios. Incluso, la gente podría acceder a las consultas los sábados y domingos o a urgencias de madrugada desde su casa.
Según han señalado públicamente fuentes del Ministerio de Salud, la idea sería comenzar con algunas prestaciones, entre ellas el seguimiento de pacientes con insuficiencia renal, diabetes, tratamientos anticoagulantes y con enfermedades crónicas, tras los cuales se irían incorporando otras especialidades, tales como oftalmología y dermatología, en modalidades de atención sincrónica, es decir, en donde el paciente estaría junto a un médico de atención primaria y vía conferencia se conectarían con un especialista. También está pensado incorporar la atención asincrónica, en donde el paciente podría enviar a través de la web del Hospital Digital sus exámenes al especialista.

La plataforma web permitiría a los usuarios acceder a sus perfiles a través de una clave única, posiblemente el RUT, los que contarían con todo su historial médico, a partir del cual se podrían revisar sus exámenes, pedir horas médicas, gestionar tratamientos y descargar e imprimir recetas médicas, entre otras cosas. 
De este modo, el Hospital Digital no se limitaría a sus funciones digitales, sino que optimizaría el servicio de salud ya existente gracias al sustento de tres pilares: la inteligencia artificial, la analítica y la gestión.
Además, contaría con distintas unidades de atención especializada como, por ejemplo, de Telenefrología, Diabetes, Accidente Cerebro Vascular, Teledermatología, Teleoftalmología, Teleimagenología, Medicina General o Familiar, entre otras.
Por su parte, la literatura especializada más actual nos señala que las TICs en salud, la telemedicina, la telesalud y la e-health, cuyos objetivos buscan hacer la salud más efectiva y eficiente, nos mueve a nuevos modelos de atención, por lo tanto, a nuevos paradigmas, respecto a los cuales existen distintas suposiciones y perspectivas.
Nos señala que tampoco existe una teoría unificadora subyacente a los distintos marcos posibles, que permitan explicar el grado necesario de preparación de los gobiernos y la sociedad o su disposición cultural para asumir una salud en base a tecnologías médicas avanzadas, innovaciones disruptivas y comunicación digital,  lo cual podría poner en riesgo la seguridad de la información o el tratamiento de datos sensibles del paciente; que podría requerir de una alfabetización digital en los sectores sociodemográficos más requirentes, por nombrar solo algunas.
Las ideas de un Hospital Digital, su implementación y medios, parecen requerir más estudio. Tema que estamos trabajando en la Escuela de Medicina de la Universidad de Santiago de Chile, porque sabemos que tiene un enorme potencial para evolucionar hacia un nuevo paradigma, con énfasis en lo preventivo, gracias a las posibilidades que otorga el seguimiento automático digital, a través de aplicaciones de salud y dispositivos portátiles.
Frente a este interesante pero ambicioso proyecto, cabe preguntarse si los equipos técnicos, que están detrás de esta idea, han tenido, tienen o tendrán las destrezas y apoyo necesarios para no hacer de una buena idea, un mal proyecto.

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