13 febrero 2020

1.-EL PROBLEMA DE LA AMISTAD EN LA ANTIGÜEDAD. UNA LECCIÓN PARA NUESTRAS ÉLITES

ESTE ARTICULO A PROPÓSITO DE LA FALTA DE ÉTICA EN NUESTRAS ÉLITES


La amistad es un valor que reviste distintos grados de importancia en el pensamiento antiguo y en la literatura anterior a Cicerón, pero siempre se plantea desde una perspectiva que hoy se ha perdido. En la literatura, por ejemplo, la epopeya y la tragedia celebran las amistades heroicas de la leyenda, representativas de las sociedades aristocráticas cuyos lazos políticos toman la forma de amistad, admitiendo muchos de los grados posibles en las relaciones que los individuos crean entre sí; casos bien conocidos son los de Aquiles y Patroclo, Orestes y Pílades o el de Teseo y Heracles. También retornan el tema de la amistad géneros literarios como la comedia nueva que, al parecer, sufre una mayor influencia de las escuelas: filosóficas que la tragedia; y la retórica que se interesa por ésta, utilizando a menudo los resultados obtenidos por la reflexión filosófica, pues también conoce el problema práctico de la distinción que se ha de hacer entre el adulador y el amigo verdadero; únicamente la elocuencia judicial parece no interesarse en ella.
Sin embargo, parece ser que es en el pensamiento antiguo ligado a la Filosofía donde la amistad se analiza con mayor vigor, pues en los primeros filósofos como Heráclito y Empédocles ésta llega a tener una dimensión universal. Estos pensadores conciben su física a imagen de aquella relación humana y de su opuesta, al introducir la noción de movimiento a la teoría de los elementos, haciendo de la amistad y de la enemistad las fuerzas que animan la naturaleza. Jenofonte, por su parte, también trata de resolver con sus interlocuciones las dificultades derivadas de su práctica.
Para Platón y la socrática reviste un problema de gran importancia puesto que, junto al movimiento ético que de ellos arranca, brota como una contribución directa a la solución del problema del Estado. Según Jaeger la amistad para Platón parece encuadrarse dentro de su filosofía política, donde la teoría de la amistad constituye el nervio de su consideración del estado que tiene primordialmente un poder educativo. El significado de aquella es, en definitiva, para este filósofo, "la forma fundamental de toda comunidad humana que no sea puramente natural, sino comunidad espiritual y ética", lo cual nos evidencia que para él es un problema que sobrepasa con mucho el campo de lo que en nuestra sociedad actual denominamos amistad. Connotaciones de orden político las encontraremos, según Jaeger, en obras como la República y La Carta Séptima, donde Platón justifica su alejamiento de toda actividad política por la falta absoluta de amigos y camaradas seguros que puedan ayudarle en la renovación de la polis. No obstante, como nos señala Robert Combés en la introducción al De Amicitia, también se debe tener en cuenta que parte del análisis que aquel filósofo hace de la amistad en algunas de sus obras lleva, por una parte, al umbral de la teoría de las ideas y, por otra, hace de ella la única vía capaz de conducir a la belleza y a la inmortalidad. De este modo Platón da a su concepción de la amistad un matiz metafísico que al parecer se pierde en otros autores, entre los que se cuenta Aristóteles. Este filósofo es otro de los pensadores que dedicó importantes estudios acerca de la amistad. Según Jaeger la teoría que este filósofo hiciera en tal sentido desciende en línea directa de la platónica y contendría "una sistemática completa de todas las formas concebibles de comunidad humana, desde las formas fundamentales y más simples de la vida familiar basta los diversos tipos de Estado". Robert Combés, por su parte, nos señala que el perípatético habría reemplazado por un estudio moral y sociológico, la connotación metafísica y el análisis psicológico desarrollado por su maestro. Estos estudios estarían contenidos básicamente en las obras: Ética a Nicómaco y Ética a Eudemo, las cuales, según nos participa, describen las diversas formas que la amistad asume a través de los múltiples lazos que unen a los individuos, Estos lazos serían de Índole diversa y de un espectro que iría desde una relación padres e hijos, por lo tanto de parentesco, hasta una asociación contraída por interés. Sin embargo, para Aristóteles solamente la gente de bien podría crear entre sí una amistad perfecta capaz de permitir la manifestación de las virtudes propias, y el conocimiento de uno mismo a través del amigo que se le asemeja. De este modo este filósofo habría unido la precisión objetiva con la fineza de una verdadera casuística, denotando con cierta discreción el compromiso afectivo que lo ligaba a sus discípulos. Por otra parte, tanto el académico" Jenocrates" como el peripatético Teofrasto'', ambos sucesores de los grandes socráticos, retornan el problema de la amistad; pero sus obras no han llegado hasta nosotros. De las escuelas helenísticas podemos decir que todas trataron seguramente por su vinculación al problema ético, centro de especulación de dichas corrientes, los puntos de vista de éstas, cuyas obras están reducidas a uno que otro fragmento difícilmente accesible para nosotros, los podemos hallar confrontados en el De Finibus de Cicerón.


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