07 agosto 2006

Fiscalización y Políticas Públicas

Tal vez una de las cuestiones centrales para el buen éxito de una política pública sea la fiscalización (El control). Sin embargo, salvo honrosas excepciones, la fiscalización no parece ser una política deliverada del sector público. Cuando digo deliverada, estoy diciendo que esta sea una preocupación preferencial, metódica y sistemática para instalar formas de hacer las cosas. Para mejor comprensión doy algunos ejemplos: 1) En el sector transporte, el proyecto "Trans Santiago", se esperaba contar, no solo con buses nuevos, sino con personal que respondiera a un nuevo estándar. Qué es lo que vemos en muchas de nuestras calles y avenidas. Conductores (¿O choferes?) que aparte de contar con nuevas máquinas, mantienen parte importante de las conductas que se quisieron erradicar. 2) El uso del cinturón de seguridad por parte de los conductores; 3) La prohibición de usar celulares, mientras se maneja (salvo con el uso de manos libres, que aún no se reglamenta) ; 4) la prohibición de botar basura desde los autos. Para que hablar de aquellos relacionados con la disposición de residuos peligrosos y otros, que tienen relación con el medio ambiente. O aquellos que dicen relación con los derechos laborales, etc. Si nuestras autoridades, y, especialmente, las de Hacienda comprendieran que poner recursos en fiscalización no es un gasto, sino una inversión. Nuestro país sería otra cosa. Puesto que lo que un país gana con el comportamiento adecuado de sus ciudadanos, es aquello que lo transforma en un país desarrollado. Recordemos que lo principal de un país , como en cualquier organización son sus intangibles, y entre ellos, su capital humano. Pero para ello, hay que educar. Y hacer cumplir las leyes, las normas, fijar cierto tipo de conductas, a través de la fiscalización, es parte de esa educación.

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